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El tema tabú de los efectos secundarios de la vacunación: caso de una niña que tras vacunarse contra el coronavirus queda dependiente de cuidados.
Los medios a menudo informan sobre el coronavirus de forma sesgada. Se promociona la vacuna regularmente, pero apenas se informa sobre los graves riesgos posibles. Por tanto, Kla.TV aborda hoy el “tema tabú” de los efectos secundarios de la vacunación e informa sobre una niña de 12 años que se presentó voluntaria a un estudio de Pfizer sobre niños de 12 a 15 años. Escuche usted mismo cómo le fue tras vacunarse contra el coronavirus y qué consecuencias sufre en estos momentos.[seguir leyendo]
Ahora mismo, con lo que está pasando, los medios deberían informar sobre el coronavirus de forma objetiva e imparcial. Sin embargo, muchos seguidores de los medios se dan cuenta que actualmente se está dando una información sesgada sobre este tema. Se promociona la vacuna contra el Corona, pero apenas se informa de los posibles riesgos graves.
Hace poco se difundió por todo el mundo la noticia del fallecimiento de un padre de familia en los estados unidos que quiso esperar todavía con la vacuna, y acabó muriendo del coronavirus. La historia pudo leerse hasta la saciedad en los portales alemanes.
Kla.TV informa hoy sobre otro suceso que ha sido silenciado por los medios, recogiendo el“tema tabú” de los efectos de la vacuna. El 28 de junio de 2021 el senador republicano, Ron Johnson, organizó una conferencia de prensa en Milwaukee, Wisconsin (USA), en la que familias afectadas informaban de sus experiencias tras vacunarse contra la covid. Esto afectaba tanto a adultos como a niños.
El siguiente testimonio de la madre de una niña de 12 años es uno más entre los muchos que deben oírse. La niña fue voluntaria del estudio de Pfizer para niños de entre 12 y 15 años, y desde entonces está atada a una silla de ruedas y hay que alimentarla con una sonda gástrica. Que este no es el único caso, es algo que ya ha demostrado Kla.TV en numerosas emisiones, por ejemplo, “Estudio de las vacunas en niños: se ocultan efectos graves” (www.kla.tv/19084). Especialmente en estos tiempos con escalación de vacunación obligatoria de adultos y niños, es inevitable hacer oír estas voces y dejar la libertad de elección a cada ciudadano. La conferencia de prensa completa puede escucharse en inglés en youtube con el enlace sobrepuesto.
El 20 de enero Maddie, que participaba en un estudio clínico para niños de entre 12 y 15 años, recibía su segunda dosis de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus. Nuestros tres hijos se presentaron voluntarios y fueron seleccionados para participar en el estudio, con el fin de volver a la vida normal. Mi marido es médico y yo misma soy licenciada en ingeniería eléctrica. Estamos a favor de la ciencia y las vacunas, por tanto estábamos de acuerdo en que Maddie y sus otros dos hermanos participaran en el estudio.
Antes de recibir la segunda dosis, Maddie era una niña de 12 años sana, sacaba buenas notas y tenía muchos amigos. Tenía una vida llena de energía, no como ahora, aunque todavía tiene muchos amigos. Durante los dos meses y medio siguientes, sus dolores abdominales, musculares y nerviosos se hicieron insoportables. Desarrolló síntomas adicionales que incluían gastroparesia (parálisis estomacal), náuseas y vómitos, aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca, pérdida de memoria y convulsiones. Tuvo confusión de palabras, dolores de cabeza, mareos, desmayos, se cayó y golpeó la cabeza. Desarrolló tics (breves contracciones musculares involuntarias) verbales y motores, tenía pérdida de sensibilidad de cintura para abajo, así como debilidad muscular, cambios drásticos de visión, retención de orina y pérdida de control de la vejiga, ciclos menstruales abundantes y finalmente, tuvieron que introducirle una sonda de alimentación. Sigue teniendo estos síntomas, unos días peor que otros.
Nuestro gran reto llegó cuando sus médicos empezaron a considerar la posibilidad de darle un diagnóstico alternativo. Bueno, en realidad no tenía ninguno antes. Como no podían entender lo que le ocurría, un médico lo etiquetó como un trastorno neurológico "funcional".
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27.01.2022 | www.kla.tv/21446
Ahora mismo, con lo que está pasando, los medios deberían informar sobre el coronavirus de forma objetiva e imparcial. Sin embargo, muchos seguidores de los medios se dan cuenta que actualmente se está dando una información sesgada sobre este tema. Se promociona la vacuna contra el Corona, pero apenas se informa de los posibles riesgos graves. Hace poco se difundió por todo el mundo la noticia del fallecimiento de un padre de familia en los estados unidos que quiso esperar todavía con la vacuna, y acabó muriendo del coronavirus. La historia pudo leerse hasta la saciedad en los portales alemanes. Kla.TV informa hoy sobre otro suceso que ha sido silenciado por los medios, recogiendo el“tema tabú” de los efectos de la vacuna. El 28 de junio de 2021 el senador republicano, Ron Johnson, organizó una conferencia de prensa en Milwaukee, Wisconsin (USA), en la que familias afectadas informaban de sus experiencias tras vacunarse contra la covid. Esto afectaba tanto a adultos como a niños. El siguiente testimonio de la madre de una niña de 12 años es uno más entre los muchos que deben oírse. La niña fue voluntaria del estudio de Pfizer para niños de entre 12 y 15 años, y desde entonces está atada a una silla de ruedas y hay que alimentarla con una sonda gástrica. Que este no es el único caso, es algo que ya ha demostrado Kla.TV en numerosas emisiones, por ejemplo, “Estudio de las vacunas en niños: se ocultan efectos graves” (www.kla.tv/19084). Especialmente en estos tiempos con escalación de vacunación obligatoria de adultos y niños, es inevitable hacer oír estas voces y dejar la libertad de elección a cada ciudadano. La conferencia de prensa completa puede escucharse en inglés en youtube con el enlace sobrepuesto. El 20 de enero Maddie, que participaba en un estudio clínico para niños de entre 12 y 15 años, recibía su segunda dosis de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus. Nuestros tres hijos se presentaron voluntarios y fueron seleccionados para participar en el estudio, con el fin de volver a la vida normal. Mi marido es médico y yo misma soy licenciada en ingeniería eléctrica. Estamos a favor de la ciencia y las vacunas, por tanto estábamos de acuerdo en que Maddie y sus otros dos hermanos participaran en el estudio. Antes de recibir la segunda dosis, Maddie era una niña de 12 años sana, sacaba buenas notas y tenía muchos amigos. Tenía una vida llena de energía, no como ahora, aunque todavía tiene muchos amigos. Durante los dos meses y medio siguientes, sus dolores abdominales, musculares y nerviosos se hicieron insoportables. Desarrolló síntomas adicionales que incluían gastroparesia (parálisis estomacal), náuseas y vómitos, aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca, pérdida de memoria y convulsiones. Tuvo confusión de palabras, dolores de cabeza, mareos, desmayos, se cayó y golpeó la cabeza. Desarrolló tics (breves contracciones musculares involuntarias) verbales y motores, tenía pérdida de sensibilidad de cintura para abajo, así como debilidad muscular, cambios drásticos de visión, retención de orina y pérdida de control de la vejiga, ciclos menstruales abundantes y finalmente, tuvieron que introducirle una sonda de alimentación. Sigue teniendo estos síntomas, unos días peor que otros. Nuestro gran reto llegó cuando sus médicos empezaron a considerar la posibilidad de darle un diagnóstico alternativo. Bueno, en realidad no tenía ninguno antes. Como no podían entender lo que le ocurría, un médico lo etiquetó como un trastorno neurológico "funcional".
de sak.